miércoles, 25 de febrero de 2009

Este piso es una mierda


Claro esta que la caída del sector de la construcción se ha debido a muchas causas. Una muy importante es el del comportamiento de las promotoras. Comportamiento digno de buitres arrancando con afán todos los pedazos posibles de una víctima que yace inerte y con el último suspiro de vida. Con el ‘’Boom’’ de la construcción de hace unos años, una cantidad considerable de empresas quisieron sacar tajada del ladrillo. Algunas personas también se apuntaron, como si de un hobby inocente se tratase.

Prometían y anunciaban el hogar de tus sueños, con todas las comodidades y necesidades de la vida contemporánea; ellos te ofrecían esa posibilidad de ser feliz, y todo por supuesto, a un módico precio, y sin haber hecho nada prácticamente. Hasta aquí todo se sabía y se consentía, vamos, lo normal. Pero el caótico descontrol de edificar a toda velocidad y con materiales de baja calidad, iba a traer consigo unos cuantos efectos secundarios, que posteriormente a los compradores no les haría ninguna pizca de gracia.

Y con esto me quiero referir a un caso en particular de un vecino de Almería que se vio obligado a colgar pintorescos carteles en las ventanas de su domicilio. A RJ Almería nos llamo la atención y nos pusimos en contacto con el afectado, que nos contó los motivos de tal situación en la que actualmente se encuentra. Todo se trata de un acto de sabotaje, al que ha tenido que recurrir. Como muchos, compro sobre plano para poder ahorrarse algo de especulación. Pagó 195.000 € por la vivienda a la promotora. Le dieron las llaves de dicho domicilio, pero lo que no se imaginaba que este iba a ser el principio de una pesadilla que continua hasta día de hoy. La casa contaba con numerosos desperfectos (una grieta por aquí, paredes irregulares por allá…), y así un sin fin de cosas. No había problema, la promotora se encargaría… 15 meses pasaron, y la empresa Estudios Y Promociones Par, S.L. no daba señales de vida, como si hubiera caído en un abismo y tragado por él. Al edificio le queda un piso por ser vendido y al ser tan visibles los carteles colgados desde el interior de las ventanas del piso del afectado, es a él a quien llaman interesados en comprar dicho piso aun sin vender, y es cuando él les comenta el estado en el que se encuentra el inmueble. De esta manera hace que el piso que le queda a la promotora, sea invendible.


Desde aquí probamos y apoyamos este tipo de iniciativa. Que para quienes se encuentre en situaciones similares les sirva de modo de protesta, que por desgracia en los tiempos en los que vivimos como uno se defienda a uñas y dientes por sí mismo, esta perdido.