lunes, 23 de marzo de 2009

Senderismo en Laujar



Muchos pensaran que el paisaje de Almería se compone exclusivamente de un basto desierto, pero no es así. Posiblemente nuestra provincia contenga la mayor cantidad de diversidad de parajes naturales, desconocidos incluso por vecinos nuestros de esta provincia. Como ya prometimos el pasado lunes 16, decidimos ponernos ropa cómoda y escaparnos de la civilización, romper con la monotonía del contorno urbano, al menos durante un día. Ocho componentes nos atrevimos a lanzarnos a la aventura y un simpático perro que amenizo y animo la actividad que nos disponíamos a desarrollar.


Nuestra llegada fue recibida por los primeros rayos de sol del inicio del día, a pesar de una temperatura algo baja, el resto de mañana parecía asegurar ser bastante favorable y con mayor nivel de temperatura. La primera prueba que debíamos superar para poder arrancar la caminata fue la de cruzar el pequeño riachuelo con cuidado de no tener un traspiés y acabar dentro de él. Dicho riachuelo es donde tiene lugar el nacimiento del río Andarax, que luego volveremos a atravesar repetidas veces no con tanta dificultad en el resto de trayecto. La ruta consto de varios tramos muy diferentes y a la vez inquietantes. El comienzo se caracterizo de una subida empinada en zig-zag entre un cuantioso número de árboles, en su mayoría pinos. Siguiendo por un sendero bien indicado, pudimos disfrutar con la mirada de un manto de vegetación teñida amarillos chillones y azules púrpura, sin olvidar de la majestuosa vista del valle en el que se encuentra este singular paraje.


Acto después descendimos con más facilidad por un camino más accesible hasta toparnos de nuevo con el ya comentado río, esta vez más apacible y facil de superar mediante un puente de madera, donde a orillas de él, aprovechamos para hacer un merecido descanso para comer y disfrutar del armonioso sonido del río y el característico canto de las aves que habitan a su alrededor. He de hacer referencia que durante esta pausa nos llamo la atención la contaminación de basuras que allí se mostraba por la insensatez y la falta de educación de caminantes anteriores a nosotros pasaron por ahí. Si queremos disfrutar de estos lugares, es el deber de TODOS el de cuidar el medio ambiente y si es necesario de denunciar a los irresponsables que lo estropean con sus desprecios.


A partir de este punto se emocionaría el resto del recorrido por la irregularidad del trayecto que nos faltaba por conocer. A los pocos metros de emprender de nuevo el paso nos encontramos con lo que fue en posterioridad fue un aguadero hidroeléctrico y su principal salto de agua que ha día de hoy ha formado a ser parte del entorno.


Los kilómetros que nos deparaban estaban llenos de diversas adversidades con una ínfima gravedad, protagonizado primordialmente de un majestuoso precipicio que bordeaba el sendero, facilitándonos un aire fresco y un examen riguroso de la frondosa vegetación que formaba parte del fondo del abismo. A pocos pasos se halló unas viviendas en ruinas de lo que fue en antaño la vida allí, acto seguido el pintoresco sendero se enlazaba con una acequia y enlaces de puente sobre el fondo del acantilado, ahora convertidos en parte del camino, intrigándonos más aun por cual sería la próxima sorpresa que nos ofrecería la caminata.

No nos defraudo, por que para nuestro asombro nos sumergimos en las entrañas de varias cuevas naturales, deleitándonos por su estrechez y la conservación de ellas mismas. Al atravesarlas pocos a kilómetros de descenso nos separaban del final por el cual al finalizar el sendero marchamos de nuevo a nuestros hogares con la alegría de haber podido gozar de una mañana espléndida y una experiencia inolvidable.